sábado, 23 de abril de 2011

Mañana Otoñal

Ella es tan libre y el tan liberal. Ella es la distracción y el es el olvido. Ella chocolate y el confites de colores. Ella pinturas y el figuras. Ella ruido y el música. Juntos son todo o nada, desayuno en las sabanas y almuerzo en el pasto, otoño en sus camas y verano en la infancia, charlas mudas e imaginación sonora.
Como niños, fingiendo una cara de distracción, sintiendo las cosquillas de los pensamientos. Se toman las manos de un tierno modo, casi con miedo, con la inseguridad en sus ojos, con las ganas de amor y de viajes imaginarios.
Así se quedan, uno al lado del otro, intercambiando eléctricas miradas flash, siendo dos terrícolas que habitan la otra cara de la luna, infantes que juegan a domesticarse para, en algún momento, iluminarse entre ellos y distinguirse entre millones de estrellas, para extrañarse sin que se hayan separado mas que unos pocos centímetros, convertirse en únicos en el universo, fundirse en la inmensidad de sus sentimientos.




(¿Porque es tan complicado lo sencillo? )

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