miércoles, 25 de enero de 2012

Límites del silencio

Un millón de pájaros libres, totalmente libres, vuelan en los cabellos del cielo, los brazos gigantes de los arboles buscan abrazar la inmensidad de la nada-todo, embriagandose con la suave brisa de un verano caluroso en las llanuras de las ideas. El filo de la luna asoma tímidamente, escurriéndose sin que nadie se percate de su presencia, opcada por el ocaso del día, que estalla contra el horizonte de la infinita tierra. La belleza de la muerte anunciada, cuna del nacimiento de fugas luminosas.
Poesía melancólica, escenario de historias, de sexo y frío, de extrañas sensaciones nadando en el mar de flores secas que habitan en una pecera invisible. Todo es inmutable, pero nada es eterno.
Trozos de quietud endulzados con miradas ilusas, orgullo podrido en la heladera y dolores de almohada corriendo en la casa. Aun el despertador no suena, ni el timbre anuncia la llegada del alba desnuda y sin fe. Sin embargo alguien susurra unas palabras y dibuja el Cinturón de Orión en una espalda de marmol. Dos cuerpos yacen en la noche, un amor respira.




miércoles, 11 de enero de 2012

De odio y pasión

La destrucción del mundo comienza cuando Luna irrumpe en el cuarto y aterriza en la cama de Uriel. Él la abraza y le besa la mejilla, mientras ella le entrega el puñado de poesías que en la noche le compuso, y entre gemidos bailan sus cuerpos desnudos, bajo la luz del tibio amanecer de verano y el olor a tierra mojada.
Besos de miel, caricias con reclamos amargos, huelga de sabanas y pies embarrados. Miedo de catástrofe adolescente y camuflajes peligrosos. Esperanzas vencidas que se esconden debajo de la cama y derraman lagrimas autenticas. Flores en sus cabellos, sexo en sus manos, pasión ardiente de seres que se buscan y se declaran la guerra, y minutos mas tarde sacan sus banderas blancas para gritar su amor carnal a los cuatro vientos.


martes, 10 de enero de 2012

Tierras lejanas

"Soy un extraño que habita el mundo. Vengo de un pueblo fantasma, que tiene los mejores escondites e historias de todos los sabores y colores. En mis tierras las estrellas brillan mas de lo normal, la luna es más grande que en cualquier otro lugar y los cielos son tan celestes que deslumbran a cualquier viajero.
La gente de estos lares, es extrañamente detestable, pero altamente querible. Le aseguro, mi amigo, que son seres asquerosamente entrañables, chismosos pero amigables, reconocidos relatores de la vida ajena, humildes compañeros de la vida NO-Privada y testigos de las maravillas de la naturaleza. Usted entenderá a lo que me refiero, pues el forastero que visita mi pueblo, en seguida es identificado y vigilado muy de cerca, no se lo pierde de vista ni en las sombras.
Los silencios, mi queridisimo, los silencios de esta tierra son extraordinarios! pues, es ley que a la hora de la siesta, ni el alma esta autorizada a vagar por las calles, quien se atreva a romper con esta regla de oro, será torturado por los monstruos mas horripilantes y jamas nunca vistos. Y las noches, pues, ellas tienen su propia banda sonora, compuesta por grillos y viento, por arboles y aullido de perros, por fantasmas y mosquitos.
Durante la semana, se cumple con las tareas laborales y sociales; y los domingos todos nos vestimos de gala y vamos a la plaza del pueblo, tomamos mates y fingimos la normalidad mas cruda, mientra desfilamos por las veredas o tomamos un delicioso helado. Aquí todos nos saludamos, por mas que no nos soportemos el uno con el otro, el saludo no se niega.
Usted está invitado, venga cuando quiera! Aquí lo esperamos con los brazos abiertos, el mate en la mano y los prejuicios en el bolsillo. Venga, nomas! Un poco de aire libre de smoke y arrogancia, no le hace mal a nadie!"

lunes, 9 de enero de 2012

Esperandote

Las noches de verano jugaron una mala pasada y el fantasma de mi cabeza se escapó y comenzó a rondar por mis sueños una y otra vez. De repente su nombre sonaba en mi mente y en el teléfono su voz. Era un holograma que caminaba por mis calles y saltaba en mi cabeza. Ni en cielo inmenso, ni el campo eterno fueron un buen escondite para mi pena. En la luna se reflejaba infinitamente mi soledad y su misterio, en la almohada se escondían las palabras que alguna vez se dijeron en voz baja.
La muerte era la compañera fiel de los días ardientes, era quien ocupaba cada grano de arena que formaba al pequeño reloj de mi hogar inquieto. De repente, como una tormenta de verano, el miedo frió desapareció y el verdugo de mi alma comenzó a deambular por las paredes y bailar en la oscuridad, todo lo que oía era su voz lejana repitiéndome la mentira que le habia comprado hacia un tiempo atrás, convenciéndome de que me espera en Desolation Row, con un ramo de flores y miradas en clave.
Fue en una de esas noches en la que he perdido mi cordura, en la que me he encerrado en la necesidad de oir noticias tuyas, donde se a convertido en mi ritual, en mi tortura china, el regalarle a la nada unos minutos, antes de caer en sueños a nuestra cita ideal. En la oscuridad de mi cuarto me dedico a gastar mis recuerdos y repasar tus caricias, siento como mi mano posa en la tuya, mientras vamos en tu auto hacia el sol, mi querido y doloroso verdugo, e imagino miles de formas de reencontrarte y, miedosa como siempre, te guardo en canciones de Dylan y de Sinatra, en cajitas brillantes y humos de colores; y luego me marcho.