domingo, 30 de septiembre de 2018

Primaveral

Remolino de polen, el cielo terciopelo y los arboles sosteniendo la galaxia. Mis manos nerviosas bailan en mi cara, peinan mis rulos y se aferran a la tela de mi vestido, con fuerza. Mis ojos fascinados, no soportan el brillo de los semaforos, ni la textura del piso, ni el calor de mirarte y me persigue el miedo de que te des cuenta de lo que ya es obvio.
Viajando en un planeta estrindente, mi pecho explotado y las flores que  cortamos del árbol que nos miraba, bailan en tus manos. Amarillas, rojas, pimpollos, bolitas, bichitos, el árbol, al norte.
Respiro para sentir como me inflo de aire frio del mundo amanecido, autos giran alrededor en camara lenta y los seguimos hasta que, de golpe, todo se acelera, y un hombre nos mira.
Ahí parados, somos estatuas, somos magía, somos el silencio abismal que nos contiene para no fundirnos. No, no confundirnos.
Me voy, pero llego, lo prometo.
Te vas, pero quiero que me sigas, sin promesas.
¿Ya te fuiste? Me perdiste o es lo que que quiero mentir, para contener el corazón en este pecho con la primavera adentro.

Sin tiempo

Vos,
Yo,
Nosotros.
No somos.