jueves, 10 de abril de 2014

Actos

El problema de los poemas es que siempre hablan del amor o del desamor, de damas lindas o tipos apuestos, de muerte poética y situaciones románticas. Uno recurre al poema cuando necesita sentir dolor, envidia o morir de sobredosis de azúcar, pero los que estamos enredados en ideas no tenemos un poema, solo nos queda ir a la cocina y morder un limón para que nuestras ideas ácidas se endulcen un poco. He aquí la cuestión de que, un día te levantas cruzado y no tenes un cable a tierra, una solución en el bolsillo ni una crisis que te deje en buen puerto. Entonces, agarras la calle e intentas saber que rayos te tiene vagando en una desoladora angustia sin razón y con una excesiva cuota de histeria. Y el problema acá no es el no saber porque, sino el no encontrar las palabras justas para volcar ese licuado vomitivo que atora tu garganta y asfixia tu cabeza. Todo es blanco y negro, los grises son el infierno, los pulmones atestan de aire pesado y la puta lagrima no quiere salir, pero no es que quieras llorar porque no te sentís, ni siquiera, triste. El problema es que no sentís, no sabes y todo queda bien con el NO en mayúscula.
Entonces te encontras con fulano y le contas una parte de la crisis, te encontras con mengano y te descargas con otro cacho de crisis y así vas dejando un poco de palabras desacomodadas por la ciudad. No hay solución, no hay una cachetada que te devuelva a tu eje, porque ni vos sabes cual es el eje.  Vagas, vagas para encontrar algo, no sabes que necesitas encontrar, no sabes con quien necesitas hablar, pero todo tu intento de huida te va dejando en el ojo de la tormenta.
Asi te pesca la noche, sin un peso en el bolsillo, el ultimo pucho y un frío que te golpea en el lomo. Para colmo se larga a garuar y vos, pobre diablo, "pateando en una ciudad vacia" diria El Abuelo. Quisiste matar el tiempo, pero el tiempo te está matando a vos, y ahí estas: solo, sentado en el cordón de una calle que no tenes la menor idea donde mierda queda, volviendote humo y con el mambo que te caga a patadas en la cabeza. Entonces te decis "La vida es así macho, tengo que volver a casa porque mañana tengo que... TENGO QUE" y volves, esclavo, porque no podes ni lidiar con tus ideas pero el mundo no para, tenés que ponerle la otra mejilla, che.

La cura

Perder las ideas como hojas secas del otoño. Mente desnuda de imaginación y manos frías. Dedos de hielo y cuerpo de arena. Película absurda y derroche de días. La vida sin vida, rutina que tortura a la esclava que se ha vuelto.
De repente, la viajera intergalactica, la lunática estrellada se quedo sin bailar y una muda vida, en un mundo sin nada, la condena a una quietud aburrida y sentidos muertos. ¿Donde quedó el mundo en el que encontraba cosas que vibraban en su alma? Ya no canta, ya no sueña, ya no puede revolucionar las ideas ni poner patas para arriba tu cabeza. Su alma un glaciar y su risa ya no es eléctrica.
¿Cuales son las calles que lleven de vuelta a ese universo? El cielo fotocopiado no deja de llorar y la luna no se eclipsa ni se viste de rojo.¿Será que encontró la cordura que me ancla a fracasos impuesto y frustraciones constantes?
Para perder la cabeza, necesita volver a estrellarse. Para poder estrellarse necesita curarse.
¿Y usted?¿Qué necesita?