martes, 30 de julio de 2013

Envíelo por correo

¿Podemos meter todos los cadáveres poéticos en una caja y hacerla arder hasta en la piel?¿Podemos matar cada palabra que se dijo en algún oído sordo? ¿Podemos? Óigame, ¿que hacemos con todo esto que tengo amontonado acá? Ya se termina el invierno y nadie quiere seguir jugando a las escondidas en este laberinto de cosas sin sentido, ya hasta nos está dejando sin luz.

lunes, 29 de julio de 2013

Fallido

-Si lo vuelvo invisible para mis ojos, lo dejo mudo en mi cabeza, no paso nunca más por los lugares que le dan vida ni escucho las canciones que lo hacen bailar, probablemente logre matar su fantasma y así reprimirlo, fundirlo en el olvido.- Pensó, pero no.

Tiempos

Tirados en el medio del frío, fundidos en el silencio. Parecían flotar en una nube mientras conversaban con voces mudas. Por momentos los ojos se ahogaban con lagrimas. Ella giraba su cabeza y miraba el lado vacío, parecían no querer hablarse más. El viento sopló, algo hizo ruido en su cabeza, miró al lado donde estaba él y abrió su boca - Odio cuando decís esa palabra.- Se levanto y se fue.

miércoles, 17 de julio de 2013

Enredos

Los ojos secos duelen, ya no quedan destellos de la lluvia de estrellas de hace un siglo atras. La incomoda pregunta resuena en el eco del recuerdo. Estela mira, desde arriba de un árbol, como los gorriones juegan entre las hojas y llenan de su canción la mañana de su muerte. Anoche discutió con Carlos. él decidió alimentar los montruos que viven en la cabeza de la desdichada, y luego pegó el portazo, dejándola sola y encerrada en un placard. En medio de la desesperación, Estela se subió al árbol y desde anoche no pudo bajarse de allí. Un par de transeúntes pasaron por la vereda y ni siquiera notaron el alargado cuerpo enredado entre las ramas. Algunos vecinos se asoman a las ventanas cada tanto, la miran y luego siguen con su rutina, como si no pasara nada. Ella no espera que nadie la venga a bajar, no quiere que nadie le ruegue que piense lo que hace ni le interesa que se hable de sus desordenes mentales.
Carlos no regresó, a Estela eso ya no le importa. Sus manos están raspadas por el piel rugosa de aquella planta a la que se trepó. Sangre seca dibuja garabatos en sus brazos y siente el ardor de algunos rasguños en sus rodillas. No le interesa. Su vestido está completamente arruinado y su pelo es un desastre, pero a ella no le genera ningún tipo de conflicto. Ya no le importa, solo quiere que se desplieguen sus alas y volar, volver a ser la hermosa golondrina dueña del cielo, libre y del mundo.

Ultima estación

Cielos celestes inmensos, devoradores, rugientes
almas en pena que susurran en el viento helado de la soledad
arboles desnudos que afrontan la escarcha de madrugadas desoladas.
¿De que sirve jurar amor eterno en un pueblo donde el tren no va a volver a pasar?
Si no vamos a volver, ya no vamos a sentir vibrar el suelo
ni vamos a jugar a contar los vagones en la caída de cada sol.
Entonces nos come el tiempo en silencio,
los espacios desiertos del ultimo parque al que fuimos a jugar a las escondidas
y nuestras vidas ya no están, son polvo, son barro seco y resquebrajado.
El camino de tierra desandado ya no guarda las aventuras de aquellos veranos
el jazmín de mi ventana se murió con mi partida
nadie encuentra el planeta donde soliamos habitar.
Entonces ya no vamos a viajar, ni vamos a hablar
una extraña que ya no puede conquistar las tierras de su infancia
camina por las calles de la memoria gastada y vencida.
La extranjera con aires de perdida ya se va
con la mochila cargada de fotos viejas y reclamos histéricos.
Se va, con el ultimo tren del ultimo amanecer del medio de la nada.

viernes, 12 de julio de 2013

Extraños (fragmento)

(...) Nos paramos en el medio de la calle y miramos el paisaje que el planeta tierra nos regalaba en una de las madrugadas más frías del año, pero de las mas tibias en el recuerdo. Los arboles desnudos rasgaban la luz de la calle y el frío me dejaba perder entre tus brazos. Probablemente no notaste la lagrima que se me escapo mientras vos me contabas lo mucho que te gustaba el cielo o me explicabas la rara historia del edificio gigante con aires europeos, de aquel boulevard. No sé si era la noche, el alcohol, tu voz o mi soledad, pero sentí esas ganas locas de grabar ese momento y repetirlo hasta la eternidad. (...)

Barquitos de papel

En un pequeño rincón de algún lugar del planeta
habitan los barquitos de papel
esos que se regalan cuando el café se acabó, el beso no llega
y todo duele por que el frío, los años, las cosas y el tiempo.
Y los dedos juegan, nerviosos, torpes
doblan el papel, marcan lineas perfectas.
Ni en un millón de poemas malos y cuentos de cuarta
podría canalizar el daño del silencio y las cartas rotas
pero en los barquitos de papel, cachitos de todo se han ido
y puede que hayan naufragado, hundiéndose en el océano de la duda
o puede que, por magia de la lluvia, hayan llegado a la tierra, el destino de algún lugar del planeta
donde habitan secretos, tesoros ocultos que anhelan los piratas.

Devolveme mi sombra, toma tu reflejo

Mi sombra se pasea por tu ventana. Vos no te percatas de que juega con tus cortinas y te mira desde el rincón. Luego viene y me cuenta, y yo lucho para desterrar tu reflejo de mi espejo, que cada mañana me canta la guerra y algunas noches se enreda en mi mente. La culpa es mía, porque todavía sigo pensando en lo cobarde que fuiste o lo triste que me sentí en nuestra ultima cama, y suelo repensar que hubiera pasado si no te cantaba las cuarentas o si me dejaba ganar por tu histeria obsesiva y me tragaba mis principios.
Pero, aun así, de vez en cuando, venís a mis sueños y me matas un poco. Yo puedo levantarme, pensar un ratito y hacerme la que no te extraño, la que no te escribo ni te llamo, pero mi sombra se me escapa para ir por un poco de tu perfume y alimentar el masoquismo de, aveces, encontrarte en tu cama con la perfecta opuesta que acató las reglas de tu juego. Y me muero, me enrosco en el suelo como una adicta a la que le sacaron las drogas y la abstinencia la empapa de ansiedad, pero por suerte soy una buena actriz y aquí no ha pasado nada.

lunes, 1 de julio de 2013

Julio nos trae canciones de rock

Los amiguitos de Cabeza Flotante nos regalan un simple, con dos temitas hermosos, para que empecemos Julio con canciones lindas y esperemos su disco nuevo. Bajatelo y sacate el frio del invierno. 



"No quiero esperarte más.
Cuentame que pasó,
si algo yo me perdí
o lo soñé"