Hay días que están cargados de ausencia sentimentales e ideológicas. La cabeza parece estar en una película muda que nunca avanza, que no tiene conflicto ni desenlace. Es la viva monotonía del ser que no reacciona a estímulos externos, porque son tan tenues que hasta la brisa de un soplido los aleja a kilómetros a la redonda y todo se pone en blanco y negro.
Así avanza el día y llega la noche, lo único que hay son montañas de intentos fallidos de salir del silencio y alguna que otra lágrima en el papel.
1 comentario:
ojalá cada ves hayan menos de esos días sin vida...
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