viernes, 13 de mayo de 2011

En un viernes gris

El miedo de quedarse esperando que nada suceda la sorprende en el lado frió de la cama, el sentimiento de que todo sea una ilusión producto de sobredosis de películas y cuentos de amor. El teléfono nunca suena y el reloj no para. Solo las canciones tristes la hacen pensar en que debe dejar de imaginar y crear ideales, que debe volver a poner los pies dentro del barro y no olvidar que las manchas en su alma costaron días de dolor.
El peligro de estar tan sola y confundida la deja al borde de la lluvia, con un paraguas rotos y la sed de poder tele-transportarse y leer mentes.