martes, 31 de mayo de 2011

Algo se rompio

El mundo se vino abajo, aplastando el cielo y enmudeciendo el infinito. La realidad era como una lluvia de cuchillos que caían en punta sobre el globo de las ideas, sin poder abrir el paraguas.
Tristemente nunca se logró entender la vida triste de los sin voz... nunca. El tempano de las mentes ajenas que no miran ni oyen, que no sienten ni piensan, solo desean que te consuman las llamas, que le quiten el peso de tener que ocultar en los rincones oscuros los recortes de los surrealistas. Aquí no importa tu arte ni tus historias con fantasmas y amigos imaginarios, en este mundo no hay lugar para historias extrañas sobre sentimientos y locura, para los viajes entre mundos ni múltiples personalidades.
Mirada externa que señala a quien se perdió en el reflejo del espejo, a seres azules en llamas, a burbujas de números entre muros, a vivos-muertos que crean y creen debajo de la tumba que ese alguien que lo apunto con el indice, cavó con la ignorancia y tapó con el rechazo.




Las mejores historias, me suceden en la imaginación.

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