miércoles, 17 de noviembre de 2010

La extraña

Sus ojos cansados y su cuerpo vencido, denotan que aun no logra despertar al mañana. Posterga sus deseos y admira espejismos.
Sonidos en blanco y sonrisas de tiza se coleccionan en su cabellera larga. Su rostro es como salido de un cuadro renacentista y sus ropa cuentan las historias de los días.
Los peatones son fantasmas, Carolina solo se limita a hablar con sus dioses, con los del otro lado de la calle del pasado, con los rostros de los muertos.

1 comentario:

Reflejo . dijo...

con los rostros de los muertos.