sábado, 20 de noviembre de 2010

Perdedores

Hoy puedo escribirte de nuevo, puedo sonreír a tu recuerdo. Es tu perfume en mi pelo, mi sonrisa en tu alma, nuestro secreto mejor guardado, son las ganas de todo y nada. Somos dos perdedores disfrazados, que corremos libres por las mentiras y nos ocultamos en armaduras de caramelo de cerezas.

¿Y que no somos en esta noche? ¿Cómo no gustarnos tanto? ¿Cómo hacemos para no ser evidentes? Si nos gritamos las verdades desde miles de millones de años luz y nos gusta este sufrimiento. Masoquistas, si somos unos perversos que disfrutamos del dolor, de los besos agridulces, de las lagrimas debajo de la cama, de las heridas ocultas en las caricias, en nuestras pieles frías.

No mires la nada, no busques donde no estoy, encontrame con tu sexto sentido, con tu sensor a mis pesadillas, con esa especial mirada que surge cuando chocas con la capa fantástica que recubre a mis ideas descabelladas. Sorpréndeme, volveme una desquiciada y déjame en un rincón, temblando. Andate caminando por la luna, así te miro de lejos y te odio, te amo, te pierdo, te encuentro y te beso. Dale, hacelo, así al menos tengo una nueva razón para dejarte ir, un buen pretexto para sufrir hasta nuestro próximo encuentro.

1 comentario:

Reflejo . dijo...

Nada mas preciado;Sincericidio.