jueves, 11 de noviembre de 2010

Escapar

Las tardes de melancolía la sorprendieron en el abismo, jugando con el viento, liberando su cuerpo, entregando su alma, derramando su vida por toda la inmensidad. Su fragilidad estallo contra el mar y el aire escapo de sus pulmones, formando burbujas de adios. Las lagrimas se mezclaron con el agua salada y el mundo se volvió borroso, lejano y mudo. Se entregó a la oscuridad, se enamoro de la muerte, se escapo de la realidad.
Su cuerpo flota, tibio sin vida y con mi alma. Adiós Blanca, en la bruma te entraré y bailaras para mi, para el extraño del espejo.

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