lunes, 8 de noviembre de 2010

Yo no te amo, querido mio

Costumbre de vernos al amanecer con cara de circunstancia, cumpliendo con el ritual de desearnos desde el otro lado de la vidriera, como niños con ojos de ilusión, con ganas de matarnos, de prendernos fuego y extinguirnos con lluvias nocturnas.
Aun así, mantenemos la distancia, como respetando un limite geográfico, un abismo invisible que nos separa, nos asusta, te aleja de mi lado.
El juego solo consta de miradas lejanas, deseosas, sedientas, fulminantes, ardientes, chispeantes. Paso a una distancia mas corta, tan vertiginosa como hazaña de trapecista, y te quedas helado, boquiabierta, mirando mis ojos gigantes que, de un pestañeo te quitan las ideas.
Encuentro lo que me gusta de tu mirada, me emborracho,giro velozmente y miro al otro lado, sonriendo por chocarme en vos, feliz de ver en lo profundo de tu océano y saber que estoy ahí, que aun me tenes en tu mente con magia chispeante que se siente en el aire, en nuestras eléctricas miradas.
Aun así, te vas, me dejas a la deriva, desconcertada y sin consuelo. Sola y con preguntas... Sola y dolorida. Pero esperándote.

No hay comentarios: