domingo, 14 de noviembre de 2010

Sintiendo

Tiene miedo, tiene frio y se siente sola. Emilia en la noche no tolera sus juegos mentales, no puede ser ella, no puede hacerlo por que no se encuentra, porque sus heridas la visitan y sus miedos bailan a su alrededor.
Emilia en la soledad, tiembla, se destruye, se vuelve una extraña que mira por una ventana. Su piel parece nieve, su mirada se esfumo y sus labios saben amargos. Allí espera, desespera, pero siempre espectante a que el teléfono suene y escuche esa voz que tanto hace que enmudeció, desapareció con su azúcar, con la mañana de algún día, de algún mes, en algún año.




Nunca se logra estar totalmente a salvo del dolor, por mas que nos escondamos en cuerpos nuevos, nombres inventados, mentes sin recuerdos.

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