miércoles, 3 de noviembre de 2010

Re.greso

-Sonreír a veces cuesta, pero hoy me siento tan completa, que no sé porque no puedo dejar de enarcar mis labios y mostrarme tan normal… y eso que llueve a cantaros y la gente llora por las calles, invocando muertos o tirando sus amoríos a las alcantarillas… -
- ¿Qué haces hablando sola Evelin?- Interrumpe Reina, que entraba empapada al hogar, con cara de pocos amigos. –Me encontró la lluvia en plena calle ¡se me arruinaron todos los papeles que traía del trabajo! ¡ Ay!¡ Ay!¡ Ay! Que bronca… y a vos? ¿Qué te pasa que estas con esa cara de cuento de hadas?-
Evelin admiro el paisaje mojado de la calle, pensó sin lograr saber en que realmente se hilaban sus ideas, y sonrió animosamente. Su respuesta fue silencio, de ese que comunica más que un millón y medio de palabras, que grita lo que no es necesario escuchar. Los motivos eran la vida, la lluvia, el lado bueno del día, el despertar de un nuevo mundo, el saber, de cierto modo, que el planeta giraba y el universo estaba bien, y ella ahí, para saberlo. Sentir la vida, vertiginosamente libre y segura, sonreír porque el lluvia limpia el cielo, para que nuevas nubes paseen en el.
-Volver a ser, volver a mí.

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