domingo, 8 de noviembre de 2009

Mujer burbuja II

La Luna brillaba mas que nunca, Maricel estaba sentada frente a la blanca pared, con sus ojos perdidos en una pequeña molécula que bailaba en medio de la nada.
De repente, una gran burbuja la invadió, la encontró en la soledad, con el perfume del jazmín del patio trasero que saltaba la ventana. La sorprendió en medio de la bruma con sus manos frías y las comisuras de sus labios maquilladas con su labial de fresas. Golpeo en su rostro una primer burbuja que traía un nombre... su nombre.
La estrepitosa angustia se instalo en su garganta, su espiración se torno densa y costosa, sus enormes pestañas estaban inmóviles y sus ojos se cristalizaron. Pasado un segundo, y en la triste quietud de la solitaria habitación, se escucho el estallido de una segunda burbuja; esta traía una imagen retro, un ultimo festejo de una adolescencia perdida en aquella verde quinta, en donde se acunan las mejores escondidas y campamentos de su cabeza, los veranos de amoríos infantiles y juegos de niñas.
Unas miles de pequeñas burbujas la comenzaron a rodearla y a componer una melodía un tanto triste, pero que a la vez sacaban una sonrisa. Maricel sabia, que este 7 de Noviembre era diferente, que si bien, en los últimos tres años no le había dado tanta importancia, y que a pesar de su mortal ausencia, las burbujas estaban cerca de ella, y la traían a su cabeza.
"Hoy me llego una burbuja, cargada de tu aire...cargada de recuerdos, de algún día en algún lugar ya lejano para todos..." se levanto de la silla, seco sus lágrimas y calmo el dolor de la ausencia, con la tranquilidad de saber que su amiga estaba por algún buen lugar, entre estrellas de colores y jugando con burbujas.

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