Eterno hombre

Hoy costo abrir los ojos, costo el despegue de la cabeza y la almohada. Solo en unos minutos tras escuchar la lluvia y sentir sus gotas en mi pecho, se hizo evidente toda respuesta de esta imposibilidad de empezar el viernes y mantener alguna idea fija en mi mente.

Primero culpe al dolor corporal, a la sensacion de mujer al borde de la negación y autodeclaracion de padecimiento de una especie de tortura que conduciría a una muerte lenta y dolorosa. Luego se manejo la hipótesis del estres de la época y la mala alimentacion de la ultima semana. Pero, entre lectura salteada y lluvia que sorprende a la salida de la facultad, la imagen golpea los charcos mentales y empapa todo mi ser, que camina en calles grises con un paraguas azul. Imagenes de un sueño, de un anhelo, de ganas de vos, de ganas de mi. Imagenes que en la noche se las habían sentido tan crudas, con tanta vida. Es innegable que el sueño es un cumplimiento de deseo, y no voy a oculta que una parte de mi, siempre vivió locamente enamorada de vos. Creo que deben ser estas inconcientes y locas ganas de encontrarte por casualidad por acá o por allá, de que te acerques a hablarme sin tener una idea fija y yo reírme por la obviedad de la situación.

Lo único que no entiendo, es porque seguimos con vueltas, con miradas que gritan miles de cosas y que frenamos con distancias inventadas, con comentarios que se borran como noches de verano.

Pero bueno, solo tengo este enamoramiento eterno, una especie de amistad y noches que traen sueño de estrellas y videos de The cure.

Solo sueños.