jueves, 28 de mayo de 2009

Demasiado tarde para correr.

Con los labios fríos, las manos en su mentón, los cordones de sus zapatos desatados y el pelo revuelto, Agustín se dio cuenta que el café estaba feo y Juana ya no estaba...
-Juana se fue...sin saludar...se fue!!!...y nunca le pedí su numero de teléfono, ni dirección...ni la invite un café... y ya se fue... nunca pensé en su presencia... hasta que se fue.... ¿Porque se fue?
Al darse cuenta del lugar vació, del frió de sus dedos y labios, de la falta de los ruidos que Juana hacia para hacer notar su cercanía, Agustín se sintió un abandonado, mientras encendia el ultimo cigarrillo y miraba la imagen, ya desgrabada en la silla que se encontraba detrás de la pantalla.

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