sábado, 27 de octubre de 2012

Psycho

Cuando estas enredada por dentro, tendes a intentar acomodar lo de afuera, te agarran ganas de terremoto de acomodar la casa, el placard, las hojas, los libros, tu cuerpo. Das vuelta el mundo, no pensas, en ningún momento pensas porque lo que estas haciendo es solo para ver si encontras algo, una punta para empezar a desempolvarte.
Sublimas, lo haces todo el tiempo. Depositas tu libido en cada poema que escribís  en cada dibujo que entras a garabatear. No para, necesitas sacar algo, o mejor dicho sacar todo. Y sos energía, sos una tormenta que tiene fuertes chaparrones, al rato sos un día de sol y así tu cabeza funciona de una manera extraña.
A la noche, ahí está el problema. Es la noche el problema al que tenes que enfrentar. Te duele la cabeza y no queres dormir. En realidad no queres dormir porque sabes que el inconsciente te la va a dar duro en la cara, porque ahí  cuando estas solo en tu cabeza, tus silencios se manifiestan y el inconsciente te grita, te lleva por los sueños mas vividos y te despertas otra vez, descolocada, a la deriva.

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