- Juguemos a algo- Dijo Lorena mientras se acomodaba en la cama y tironeaba de las sabanas blancas.
Hugo, que estaba tirado al lado de ella, la miró por el vértice de su ojo y sonrió, mientras su mano y acariciaba el hombro desnudo de ella, quien parecia un pequeño gatito que daba vueltas a su lado hasta que logró enredarse entre su torso y su brazo. - A ver? ¿qué ocurrencia tenes?¿A qué queres jugar ahora?- Le pregunto susurrando.
- Juguemos a decir.
- A decir...- repitió Hugo - A decir qué?- interrogo mientras con su brazo la atrapaba contra su piel.
- A decir lo que no se dice, lo que se tiene miedo. Dale, juguemos! No te animas?! Jugamos y después nos olvidamos, hacemos como si nada.- Hugo no contesto, se quedo en silencio y prendió la tv. Lorena lo miro por unos minutos y ya decidida a no tener una respuesta dijo -Te quiero. Igual es un juego, podes no creerlo o creerlo y después destruirlo.- Lo miró, esperando que Hugo diga algo. Nada dijo y nada pasó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario