Ayer me dolía mucho la cabeza, los ojos, la piel, los labios, el corazón. Andaba descolocada y sin sentidos.
Decidí borrarme del mundo, no hablar, no vivir en la virtualidad, no mirar por ninguna ventana, no espiar ni saludar, ni siquiera hacerme invisible; necesite borrarme, eliminarme. Nadie sabe nada, no he hablado con absolutamente nadie. Esta mañana agarre mi mochila, puse dos o tres prendas y me vine corriendo a un piso en el cielo, cerca tuyo y a la vez bien lejos, rodeada de gente, en una ciudad fantamal, y pudriendome en la soledad, muda y disfrutando del silencio que elegí.
Es loco, en estos días te podes borrar, porque cerrar tus redes sociales es como un suicidio, o al menos asi lo ve la gente. Entonces, si lo que buscas es algo patológico, ponele que me deprimí y me suicide, me volvi loca y cerre las ventanas.Ahora estoy con mi dolor de cabeza y jugando a adivinar lo que hace la gente, mirando en la oscuridad y encontrando preguntas, pensando si algo alguna vez pasó, reconociendome como mujer, como la muestra de lo contrario y la contradicción de lo evidente. Sigo descolocada, como cansada pero necesito estar fuera del mundo, volver a la luna y bañarme de estrellas. Necesito encontrarme.
Si lees, si viniste acá a buscarme, si puedo mentirme en que en algo te importo: no te preocupes, voy a volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario