martes, 9 de junio de 2009

Stop

Recostado en la tibia pero solitaria cama, espera con ansias el nuevo encuentro para poder continuar con el estudios de cada uno de los gestos, para jugar con esos ojos bailarines y la suavidad del movimiento de sus labios. Piensa con tanta fuerza, que puede sentir su perfume y escuchar aquella voz.
Entre sueños recuerda un gran detalle y ahí nomas, pierde el hilo conductor de todo esto, camina hasta la cocina, pone agua a calentar y prepara un café. Luego de terminar con el proceso de preparación, se sienta y toma un papel, en el que empieza a hacer garabatos y a cantar para si una canción, que cree haber escuchado en la calle. En ese momento su celular suena y el portero anuncia la llegada de algún inoportuno. Entre quejas y apuros, pierde las ideas enamoradas y el café arruina su interesante dibujo. Una vez mas, la rutina arruina todo.

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