el nuevo cielo se levanta en erupciones de rebeldia
los nuevos besos despiertan en su cuello.
El premio consuelo esta vencido, está agotado
el cable a tierra se cortó con el vendaval de la ilusión.
El mundo sabia que esto pasaría
el planeta dejó de girar y el manto de frío lo cubrió.
La catástrofe sobre las ruinas de Neptuno ordenó el desorden.
En la oscuridad del universo una explosión de estrellas,
bailaron las constelaciones y movieron la galaxia
cubrieron su cuerpo con brillos de olvido y oscuras noches.
En la arena de los relojes descansa su alma
sus labios de fuego de a poco se extinguen.
Los ojos cerrados derraman el alma
y lo poco que queda de vida.
En sueños siente su sexo, sus brazos.
Logra ver a un extraño parado en medio de la nada
siente un corazón latir en la profundidad del océano oscuro
un recuerdo que nada perdido en las mareas de la noche,
la esclavitud infinita de amar en el silencio.
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