lunes, 6 de junio de 2011

Deseo

Sus labios chocaron con los míos, sus manos por naturaleza, se fijaron a mi cuerpo, con su piel me arrancó el dolor. Su cuello perfumado me drogó, sus brazos tibios me arroparon, sus dedos caminaron en mi espalda. Las ropas en el piso como como flores en primavera, en penumbras las vergüenzas y la sonrisa momentánea de sentir el deseo, de re-descubrir las lineas imprecisas de nuestra humanidad,el jugar a hacer el amor a espaldas del mundo solo para lamer nuestras heridas, para alejarnos al amanecer y actuar como si nada hubiese sucedido.
Amantes sin nombres ni apellido, sin ideas ni prejuicios. Desconocidos descarados, incapaces de llamarse amantes por el simple hecho que el amor no los unió, ni los separó, solo seres unidos por la necesidad de una cama, por la sed de pieles saladas.

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