martes, 24 de marzo de 2009

Paranoia

El sonido de tu piano me aniquila, las paredes se vienen contra mi. Pero nadie esta en casa, no tengo donde correr, la desesperación brota en mis lágrimas, no encuentro el lugar a donde quiero llegar, las pastillas están derramadas en el piso y siento como me estoy derrumbando por dentro, perdiéndome en mi mente, hundiéndome en mi locura.
De repente el techo desaparece, y me pierdo en una oscuridad que por momentos se ilumina, con luces que dibujan garabatos, señalándome los pasillos solitarios decorados con susurros. Los ríos de llaves corren entre piedras, y poco a poco las puertas se multiplican.
Entre el amor y el odio, el suicidio me invita a tomar el té, queriendo seducirme con sus palabras enredadas, confundiendo mi locura, con sentimientos encontrados. Solo quiere que beba este veneno, solo quiere adueñarse de mi cuerpo, para que la frialdad de mi piel caliente el infierno.
La lluvia lava mi cabeza, mientras vuelvo de la pesadilla de mis miedos, que van durmiendo mis sensaciones poco a poco y me mantienen oculta en un subsuelo. El fuego de mis ideas se esta apagando y mis ojos abriéndose a una nueva realidad, entre personas que no son, en una ciudad donde solo reinan ideas muertas. ¿ Bebí el veneno o este es el mundo real?

No hay comentarios: