domingo, 29 de junio de 2014

Queda nuestro cielo

A veces el mundo se te cae encima, te aplasta, te deja sin aire y con ruido. Todo parece derretirse, no hay suelo, no hay brújula que te ubique, no tenes idea si estas parado o tirado, dudas hasta de si estas con vida. Te duele el pecho, te pesa el alma, no ves mañana. Es en ese momento donde alguien te agarra, sentis manos que te empujan, que hacen  la fuerza que vos no podes, ponen el silencio justo, la palabras justa, el abrazo justo y necesario. Te atan los cachos rotos y le ponen alas a tu alma, así no pesa tanto. El dolor sigue, pero sabes que tenes a un batallón de hadas y duendes arreglándote, agarrando tus pedazos para que te mejores y sigas.
Los que no están, ya no importa, tenes tus ángeles terrenales, los amigos que te curan, que hacen magía para sacarte una sonrisa, que te secan el río de lagrimas que fuiste creando, que tiran el salvavidas a tiempo para que no toques fondo y te ahogues. Y es por ellos por los que tenes que poner tus pocas fuerzas, para que el día a día deje de ser gris.

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