domingo, 18 de julio de 2010

Noche pueblerina

Frío que recorres su cuerpo, que acaricias su piel cambiándole la textura.
Frío que aguardas en su puerta, para cubrir su cuerpo entero y transportarla a través del universo, que la invitas a deprimir sus sentimientos, a encerrar su ser en la oscuridad del día gris y a suicidarse en mundos que el día le crea.
Poco a poco congelas su sonrisa, dejando sus rojos labios sin expresión, su pálido rostro lo emblanqueces mas, llenas sus ojos de cristalinas lagrimas y tomas sus manos, sus delicadas manos, las cuales se hunden en tu océano y se convierten en glaciares que luego bailaran en su rostro. Lentamente te instalas en sus pulmones y tomas su interior. Logras tu conquista, robas sus latidos.
Frío de muerte te la has llevado, tu coqueteo tuvo éxito y ahora arde su recuerdo, como el de una mariposa que alguna vez se poso en la flor de nuestra vida, coqueteando con sus tibios colores, que hoy yacen sin vida ni gracia bajo los primeros copos de nieve que la noche regala en el medio de la nada.

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