viernes, 30 de julio de 2010

Horas con mundos

En este preciso instante, Dulce esta riendo y revolcándose en la marea de estrella, Luis recuerda su infancia en plena Plaza Italia, bailando entre aroma de lluvia y copos de azúcar.
Mientras Adrian y Blanca viajan en la cama hacia el futuro, Ricardo observa al fantasma de Telma moverse por la casa, bailando esa canción que ella tarareaba cuando cocinaba para él. Soledad llora por amor y Simón se libera con oleos y figuras. Anita llega a la vida y Ramón se va.
En este preciso instante, el mundo se hace gigante para algunos, pequeñísimo para otros. El día de lluvia inunda habitaciones de recuerdos, ojos de colores y moja paraguas con sentimientos de libertad. El frío congela sonrisas, mata amores y hace extrañar alguna charla de taza de chocolate y sillón con compañía.
Las horas en el día son tan distintas. Se asemejan a viajes intergalacticos cargados con todos los colores e intensidades existentes e invisibles, que traspasan la materia como rayos de luz.
La montaña rusa que es el hombre puede detenerse un rato en jardines de rosas, donde todos corren entre belleza y aroma embriagado, pero la caricia de un espina consume el mundo y el tren va a un inmensisimo agujero negro con charcos de tormentos, cuando de repente, un destello lo ilumina todo y en la caida libre comenzamos a remontar, a sentir el aire liviano y los cabellos que juegan con el viento y viene el sentimiento de estar en la cima, con nubes multicolores, tan acogedoras y suaves.
O, tal vez, simplemente se siente la velocidad de un linea recta, que se percibe como algo sin sentido, y alertas se espera algo que arrebate ese equilibrio.

1 comentario:

Nabulio dijo...

eyyyyy buen esta vez no estamos en linea peor paso para saludarte leeerte y felicitarte por otra entrada loca mas
besos para vos y buen sabado
pasate por le mio que te presento a alguien que motivo muchas entradassss