Muchos, por todas partes, de todos colores, jugando a atrapar gotas, pequeñas gotas. Paraguas rojos, de plástico, rotos, nuevos, originales, clásicos; haciendo que sus portadores, inconscientemente, bailen entre charcos y barcos de papel.
Uno de frente, uno al lado, levanto mi paraguas: " pase usted, paso yo", subo mi paraguas, el viento quiere robarlo, lo acuesto en mi hombro, lo sostengo con fuerza, lo cierro, lo abro.
En las esquinas fantaseo con ser Mary Poppins y volar por el cielo, con mi paraguas azul y mi piloto violeta, cantando canciones estúpidas, sonriendo en la lluvia, evitando el mar de colores que decora las veredas de la gris jornada.
Una simple imagen que me cautivo en mi caminata matutina hacia la facultad. Estúpido, pero algo loco.
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