Y poco a poco los limpiadores de estrellas despejaron el cielo, y estas volvieron a brillar de manera descomunal, convirtiendo a la noche en la atracción mas grande para los mortales, quienes jugaban a hacer formas y a encontrase entre ellas.
Pasado el tiempo, las gente seguía inmóvil, admirando ese brillo, sin comprender como algo muerto transmitía tanta belleza; planteándose esa fasinacion por lo que estaba tan lejano y aun así, dejaba verse. La inquietud les empezó a despertar ciertas ideas, algunos deseaban cazarlas y bajarlas a la tierra; otros viajar hasta ellas y habitarlas; y otros mas ambiciosos, pretendían lucrar con ellas.
Así armaron especies de naves, los científicos comenzaron a crear ácidos para estudiarlas y muchos comenzaron a hacer todo tipo de locuras; volviendo a las estrellas mas y mas opacas, tapando el cielo con una manta muy espesa, perdiendo así la natural belleza, logrando matar todos los amores del aire.
Ya nadie miraba el cielo, ya nadie pensaba en las estrellas.
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