La sed que no calmó con la fresca agua de la montaña. Una brisa baila con las ideas y las nubes bajan a danzar y los ojos se empachan de una especie de limbo terrenal. Energía que alimenta los sueños, montañas que elevan el cuerpo frágil de un pequeño hombre-hormiga que busca conquistar el sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario