sábado, 1 de septiembre de 2012

Septiembre

Se extinguió el ultimo frío de las manos. El corazón comenzó a latir de una manera furiosa, con la fuerza del olvido, con las palabras de un sueño.
Las flores secas del florero, se pudrieron. El final del juego dejó la casa muda y la cama en llamas. De su boca nacia una nueva idea, en su cuerpo la droga ya le dormía los músculos y creaba una risa compulsiva, se desintegraba, se deshumanizaba.

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