Las pieles se rozan y sacan chispas, se queda sedientas de la eléctrica sensación del choque y se buscan, se atraen con fuerza de imán, se vuelven a besar en un fugaz encuentro entre multitud y ropas. Una vida no alcanza, para saciar su hambre de amor en caricias, para dejar sus poros perfumados, para fundirlas en una.
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