sábado, 29 de enero de 2011

Mundo paralelo

Desde aquí, mi cornisa oscura y fría, puedo notar a Sara allí, entre los verdes pastos, debajo del cielo nocturno, recostada con sus ojos cerrados, pensando en Theo, en el tren de carga, en los besos en su cuello, en las manos frías, en las ideas perdidas en la verborragia, en el disparate de una aventura oculta.
Sonríe y juega con los recuerdos, imaginando que en cualquier momento viene su secreto, la toma de la cintura y juntos se meten en la historia que la noche de verano les regalo, fresca fuerza de romper con los amores viejos y noches solitarias, de tratar, vanamente, de no sentir ni el mínimo amor, por esas caricias creadas en un mundo paralelo.

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