lunes, 14 de octubre de 2013

La vida del reflejo

Calma silenciosa de feriados, repetición de días quietos, de fotos viejas. Nada perturba esta serenidad de tu alma, tus ojos descansan en particulas que flotan en el aire. La cabeza se petrificó y la mente esta desolada de contradicciones, como si caminara por un pueblo a la hora de la siesta, así de quieto está tu ser.
Libros apilados y subrayados esperan en cada rincón, discos viejos suenan en las plazas, canciones nuevas mueven al mundo, los naranjos florecidos de las veredas perfuman los cielos celestes. Esta es la paz por la que se lucha con la lluvia, el rincón ideal donde se relamen los sueños, momentos para desenredar las marañas de ideas e imaginar los huracanes de tinta que desborden tu corazón. Nada va a pasar y eso está bien. La comodidad de no correr ningún tipo de riesgo... ¿No correr ningún tipo de riesgo? Mejor dicho, la incertidumbre de no saber cual es el riesgo. Pero esta es la soledad de la vida del otro lado del espejo que se rompió, el punto inicial para un nuevo circulo infinito.

No hay comentarios: