jueves, 1 de noviembre de 2012

Todo lo destruirá

Mauro se compro una galaxia, una "Pequeña y peculiar galaxia de bolsillo". Resulta ser, que iba caminando por la calle, mirando las vidrieras que enardecían de nada, buscando en el piso un destino y mirando a los ojos a extraños. Hasta que de repente, de la nada se poso ante él, un llamativo ser que jugaba con pequeños frascos. Asombrado por la aparición repentina, Mauro lo miró y  lleno de curiosidad, lo acoso con preguntas,frases, miradas enroscas que se destruían sobre el ser y caían entre los frasquitos.
El pequeño ser, solo sonrió y dijo que era todo lo que tenia para ofecer en este mundo, galaxias multicolores con palabras saltarinas. No solía entregar su mercancía a cualquiera, porque las personas descreen y suelen pensar que se les quiere hacer daño o engañar, pero que estaba dispuesto a entregarle un frasquito a él, para que vea la galaxia y si no le fascinaba, podía devolverla.
La galaxia, que ahora era de Mauro, brillaba en azules-violetas, diminutos meteoritos bailaban, era tan brillante, tan musical. Fundido en curiosidad, el muchacho decidió sacar un poquito de galaxia para verla mas de cerca y para ver que sucedía si la sacaba del frasquito. Derramo un poco de estrellas y jugo de luna en la palma de su mano, y casi por arte de magia desapareció, se esfumo! Insistiendo, repite el acto y esta vez, más atento al fenómeno, vio como el cachito de galaxia se elevaba y se iban en el aire hacia el cielo inmenso.
A la noche, miestras miraba el cielo y encontraba nuevas constelaciones, sacó el frasquito y derramó las ultimas gotas de galaxia que en él quedaba. Estas ultimas gotas tardaron un poco más en esfumarse, entonces Mauro pudo observar que entre el liquido oscuro-brillante, un cuerppo celeste, formas, ninfas,miradas. Sintió perfumes y escuchó canciones, vio como esas ultimas gotas se alejaban en partículas y se fundían en la inmensidad de la noche. Sintió un dolor y anheló volver a tener un fraquito con su galaxia, entonces decidió caminar por las mismas calles que habia caminado, pasar toda la mañana siguiente buscando al extraño ser de los fraquitos.
Así fue como al otro día (y al otro día, y al otro día) buscó al extraño ser. Camino por el centro, por el subsuelo, por el bosque, por las paredes y no lo encontró. Solo le queda su frasco vacío, el recuerdo de una galaxia destruida y unas gotas de nada. Ya no le quedaba nada.

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