jueves, 8 de noviembre de 2012

Tardes de verano

Abro la puerta y en la ventana lo encuentro.Veo su imagen y siento las ganas locas de darle un beso, de salir corriendo por el mundo. Me matan las ganas de decirle que es hermoso, que su remera roja le queda hermosa y con mi mano acomodarle el pelo que siempre tiene revuelto. Siempre le peino las ideas, es mi excusa para dale una caricia oculta y darle mi sonrisa mas tierna, mirandolo inocentemente de cerca. Siento el perfume, ese perfume que aun conservo en mi remera de flores, en los recuerdos de noche; ese aroma que me hipnotiza y me pierde, que me encuentra de sorpresa. Siento todo lo que es de su universo, juego con fantasmas que se despiertan y se ponen a bailar en mi caja electrica, en una pantalla lejana. Y ahí está él,  en la ventana y yo acá, sentada en el balcón con mis rulos alocados, mis manos vacias y un vestido que juega con la brisa. Acá estoy perdida, en el aire, observándolo lejano, y lejano en forma literal, pues puedo sentir su universo pero ya no soy capaz de sentirlo a él.

No hay comentarios: