lunes, 26 de noviembre de 2012

El desencanto

Un día te levantas, pones la pava, preparas tu té, llevas tu rutina adelante, reís, bailas, pensas. Ahora sentís distinto, vivis y ves con ojos nuevos. Ves, miras, admiras. Entonces el sol, el cielo, los libros, las historias, la casa, el espacio; absolutamente todo tu universo se resignificó. De repente, te das cuenta, lo notas. Algo ya no está, algo ya ni duele, ni vive, ni piensa. Algo, sea un sentimiento, una mentira, un recuerdo, un invento; ya no está y vos estás viva. El hechizo se rompió y tenes un corazón nuevo, machucado, remendado, trizado y lleno de pegamento, pero está ahí, lo escuchas latir, con espacio, con fuerza.

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