martes, 21 de febrero de 2012

Y te lo digo

Por primera vez en la historia, en está noche de alcohol y flores, voy a contar lo que en realidad las lineas esconden. Voy a desempolvar mi costado pegajoso y voy a ponerme a escribirte, a llenarte de poesias en mi imaginación, así en la próxima cita entre pelotones y humo, te lleno los oidos de sonidos unicos, sonidos míos aunque vos seas del mundo.
Voy a comenzar por conquistar tu sonrisa picara, esa en que los ojos se te achinan y mi corazón se acelera, la que suele vestir tus labios cuando, con la electricidad de mis ojos, me quedo colgada de tu rostro, la más hermosa mueca que haces aveces con tintes de vergüenza y nervios. Como olvidar el dulce sabor que alguna vez tu boca me regaló, como sacar el fresco gusto a fruta madura que tu piel dejó en mis labios, mentirosamente vírgenes, en alguna noche de ardor.
La carne... Mi carne, mi débil pulpa que recubre unos huesos frágiles, fibra que se derrite con el calor de tu piel, con caricias lejanas y choques torpes, como si fuésemos adolescentes que temen sentir el fuego de los cuerpos. Es chistoso, pero nos vemos como esas frías figuras perfectas llamadas obras de artes, que se exhiben en importantes museos del mundo, donde la gente hace horas de colas para entrar a esos torsos perfecto, pero que no se tocan porque el mármol es frío y frágil, porque se nos impuso no tocarlos y forzosamente intentamos cumplir con ese mandato.
Hoy quiero conquistar tu alma y gritar mis miedos. Ya no te amaré a oscuras ni a medias, te amaré libre y loca, te amaré en inversa y reversa, te amaré en pasado, presente y futuro, apagaré mi histeria y dejaré que el mundo me arrastre hasta donde sea. Voy a seguir por tu mirada, esa que traspasa mi capa distante, que pone en estudio el universo y desnuda mis miedos, esa maldita trampa donde mis sensaciones estallan, delatando mi fragilidad. Ojos brillosos que redescubren un sitio oculto en algún lugar que se crea entre tu música y mis películas, entre tu postura apolítica y mi revolución ideológica.Creo que nunca te conté cuanto disfruto de ese desorden de palabras en que en las noches nos enredamos y terminamos no diciendo absurdos, mi querido. Creo que nunca te conté esto ni nada.
Pero hoy es ahora y ahora es hoy, y los miedos se volaron. Ganaron estas ganas del final feliz, el desear que me ames y que seamos, el querer que me traigas de vuelta a casa y te quedes a dormir, el que tus sueños vivan en mi almohada y mi cuerpo descanse en la quietud de tu océano. Hoy gané la fuerza de desear decir: hoy ganamos nosotros, porque hoy somos NOSOTROS y el mundo, nosotros en sueños y en algún universo paralelo. Pero para mi, somos NOSOTROS; ni vos, ni yo... no, juntos y amados-amantes.


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