miércoles, 11 de enero de 2012

De odio y pasión

La destrucción del mundo comienza cuando Luna irrumpe en el cuarto y aterriza en la cama de Uriel. Él la abraza y le besa la mejilla, mientras ella le entrega el puñado de poesías que en la noche le compuso, y entre gemidos bailan sus cuerpos desnudos, bajo la luz del tibio amanecer de verano y el olor a tierra mojada.
Besos de miel, caricias con reclamos amargos, huelga de sabanas y pies embarrados. Miedo de catástrofe adolescente y camuflajes peligrosos. Esperanzas vencidas que se esconden debajo de la cama y derraman lagrimas autenticas. Flores en sus cabellos, sexo en sus manos, pasión ardiente de seres que se buscan y se declaran la guerra, y minutos mas tarde sacan sus banderas blancas para gritar su amor carnal a los cuatro vientos.


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