Tiene el poder de hacer creer, hacer crecer y si quiere te roba algunas lagrimas para condimentar su poción. Su voz es como el viento de otoño, casi imperceptible y tan minúscula, pero te desborda paso a paso, te eleva al cielo, te complementa, te embruja con cosquilleos y susurros, te pinta el corazón y también puede enfriar tu amor.
Allí esta sin que la veas, sin llamar la atención, aguardando tu llegada, tu descubrimiento. No te conoce, no sabe ni tu nombre pero no le importa, ella sabe que vas a llegar y te raptara en su órbita, te embriagara con perfumes que solo tu puedes sentir, te alimentara con sentimientos y pondrá tu alma en una caja de cristal. Y tu no sabrás que ella te habita, que te habla en el oído, que esta contigo jugando en las estrellas.
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