domingo, 8 de agosto de 2010

En mis sueños sin mi mente

Tus ojos se agrandan, tus pupilas dilatadas se salen de la órbita y en ese preciso instante el mundo se detiene. Tus labios buscan modular las primeras palabras y tus manos se dirigen a la piel de Mary, para descansar por un inmenso instante en esa tersa piel desnuda.
Ella te sonríe, te mira, baila con tu mente. Lentamente se mezcla con tus pensamientos y te lleva de paseo por laberintos de placer, jugando a las escondidas, ruborizando su rostro, consumiendo tu alma y alimentando tus deseos.
No te importa lo externo a su burbuja, puede terminarse el mundo que su estrella los transportara por el universo eternamente, para vagar en viajes por océanos de cuerpos. Su cintura sera tu casa y sus brazos te abrigaran en la calidez de su pecho. Sentimientos eternos con sabor a cerezas y humos de risas, te inquietan, te hacen cosquillas, sacan chispas en el aire.
Te llama, te invita, te mata, te desnuda, te inquieta, te ignora, te mira y se va. Y vos seguís parado exactamente en el mismo lugar, mirándola, sin saber que palabras usar para pedirle que se quede, que te bese, que se entregue.


No hay comentarios: