martes, 2 de diciembre de 2008

The end

Aguardaba sentada en un rincón, se secaba las lágrimas que recorrían su cara, y suspiraba profundo, como tratando de sacar el nudo de su garganta. Pensaba miles de puteadas, de formas de reaccionar, mordía sus labios y sentía la bronca, ahogaba los gritos con una lágrima pesada, que con ligereza secaba para que nadie la notase, intentaba entender la revolución de sucesos y pensamientos.
Por mas que trataba de hacer como si nada pasaba, su cabeza era un océano de preguntas y dudas constantes. Cada vez que intentaba dejar a un lado el tema, sentía el puñal en su espalda y de nuevo la desilusión y amargura volvían a inundar sus ojos y arrastrar con su poca estabilidad mental. Ya harta de los engaños, del arrebato de confianza, de siempre ver como todo se destruye en sus manos y escapa como agua entre sus dedos, se levanto del piso, tomo aire y empezó a caminar, dejando atrás el rincón donde se había resguardado de la tormenta emocional.
Solo borro el sabor amargo de lo que probo, tomo el envión necesario para no ocupar mas tiempo en cosas, que para ella, ya no valían la pena, se prometió no mirar atrás a pesar que el recuerdo lo pida, y el corazón lo extrañe. Solo se alejo, en la soledad, dejando en el camino las lágrimas del adiós y los besos de fantasía, que durante mucho tiempo había atesorado en su ingenuidad, como verdades indudables, tan valiosos como trazos de cielo, tan dolorosos como el engaño.

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