Sumergida en el profundo océano de todos los universos, la quietud del tiempo y sintiendo como los latidos del corazón golpean cada vez más fuerte contra las paredes de mi pecho que lo encierran. Todos los tiempos han convergido, estoy parada en un punto cero, iniciando, reiniciando. Un millón de estrellas, cinco lunas, un montón de viajes, un secreto, ojos secos.
La brisa de la noche refresca esta piel afiebrada, la revolución trunca busca un nuevo impulso para treparse por tu chispa e incinerar todas tus ideas viejas, estancadas, aburridas. Tus demonios ya estan cansados de hamacarse por esa cabeza aplastada, tus dedos rasgan el cajón que te encierra en ese espacio reducido que ya no soportas.
Empujar, tironear, estirar, despegar, re-evolucionar.
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