viernes, 17 de mayo de 2013

Secretos

- Quiero una biblioteca llena de libros, de todo tipo, tamaño, color, olor... como me gusta el perfume de los libros añejos!- Dijo mientras acomodaba la taza de café en la palma de su mano y perdía la mirada por la ventana de living, que daba a la calle. - Lo que me gusta de los libros usados es encontrar las marcas que sus otros lectores le dejan, me gusta enredarme en pensamientos sobre porque marcaron un párrafo, que habrán sentido, que habrán pensado.-
Cada idea que ella tenia despertaba locura en mi cabeza, la miraba allí, flotando en la luz del sol, con su piel tersa y sus mirada clavada en un punto de fuga lejano. No podía mirarla sin sentir ganas locas de abrazarla y amarla hasta el cansancio, pero siempre supe que para amarla hay que dejarla ser libre. - ¿Te pasa algo?- me dijo y me devolvió a la tierra. En pocos segundos la tenia a mi lado y podía sentir el calor de su cuerpo, podía ver sus pestañas largas y las pecas de sus mejillas. Ella era mi libro favorito, la historia que disfrutaba leer, el perfume que adoraba sentir.

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