miércoles, 25 de julio de 2012

Hijos del fuego

Ya no me importa nada, ya no pretendo otra cosa que los besos que me llenan de colores. Quiero trepar al sol y arder entre tus manos, que tus caricias me descongelen el corazón y sequen las ropas empapadas por el ultimo chaparrón.
Ya no me pesa el pasado ni espero el futuro. Ahora quiero que entres en mi cuerpo y acabes con la histeria, que conquistes mis lunares y llenes de burbujas mi océano. Nuestras bocas gemirán entre el dulce aroma de las flores y la cara oscura de la luna. Los secos fríos del invierno quedaran entre los muertos, enterrados con las reglas olvidadas, entonces el aire será más liviano para nuestras bocanadas de humo y las libelulas del bosque.
Seremos sexo, seremos cuerpos que duermen enredados y desnudos, hasta que el rocío congele el fuego y el reloj nos dicte la nueva condena.

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