"... Abrí los ojos lentamente, con miedo de que el mundo ya no existiese. Mi silencio se prolongo unos cuantos minutos, hasta que me asegure de que no estaba dormida y que mi lunas no habían sido arrancadas, ni que su cuerpo había sido un fantasma bailando en la imaginación.
Me quede observando la nada y tratando de acomodar la respiración, el mundo afuera parecía seguir funcionando normal y mi mundo interno padecía de un exceso de drogas placenteras. Sentí como un par de ojos caminaban por mis tierras y sonrei vergonzosamente, ruborisandome en secreto e intentando no mostrar el pudor de mi desnudez..."
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