Vientos

Un nuevo mundo se levanto con los soplidos del viento, el sol imponente despierta al soñador que no quería salir de su cama. Los aromas de la primavera se revelan de su encierro e invaden las fosas nasales de los muertos, que caminaban acartonados al cementerio gris. Revolución de colores y hormonas, de vida muerta y muerte en vida, corazones que bombeaban hielo, ahora arden en una pasión incontrolable, misteriosa; flores que nacen de las bocas de los hombres, niños que miran al cielo que estalla, como olas, contra sus barriletes brillantes, miles de ninfas bailoteando libres en los jardines del sol.

Como por arte de magia, las palabras volvieron a brillar, a tener un sentido; los sonidos dejaron de ser mudos y los oyentes ya no son sordos. El universo era infinitamente finito, y ahora desborda a los ojos de los soñadores en las noches místicas, en donde las lunas gigantes se enamoran, como Narciso, de su reflejo en los lagos. Los amantes son dueños del mundo y el mundo en un amante que duerme en los besos, habla en la lluvia y sueña con el rocío sobre las pieles. Dulces mieles de los cuerpos, sudores con aroma a jazmín y sonrisas de fresas. Rios de dulces aguas lavan los cuerpos y arrasan con las viejas piedras de la soledad.