Marcos es un muchacho flacuchento, con mirada luminosa y perdida, que vive aislado y perdido, jugando con un diccionario, buscando palabras para etiquetar cada minuto, cada sentimiento, cada suceso... tiene una obsesión con las palabras, siempre busca la palabra para cada oración, aunque no siempre la encuentra. Cuando eso sucede, su cara cambia, y su corazón se acelera.
En estos días de crisis, dicen que ha preferido quedarse en casa, ultimamente el diccionario no se comporta y no le da las palabras que necesita para plantear su mente. El muchacho ha cerrado las puertas, las ventanas, rayo sus discos, quemo sus libros, tiro las fotos, borro sus recuerdos, dejo de amar a la mujer de sus sueños, no permite que el sol entre por las ventanas, no lee mas los periódicos, no habla con el sol ni discute con la noche...dejo de oír a los pajaritos, cerro sus ojos y callo a su inconsciente.
Algunos dicen que ese diccionario que tanto lo obsesiono, nunca existió, porque nadie lo encontró.
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