miércoles, 10 de junio de 2015

Mudanza

Cambiar de casa, cambiar de hogar, cambiar de aire, cambiar de cielo, cambiar la perspectiva, cambiar las paredes, cambiar de techo, cambiar de aroma, cambiar de calor, cambiar de tonos, cambiar de barrio... CAMBIAR. 
Hoy empece el tortuoso trabajo de meter mis cosas en casa, de pensar que es lo que quiero llevar conmigo y que quiero tirar a la basura. Me voy de la que fue mi casa en los últimos 2 años, y siento que es un alivio, siento que, aunque suene cliché, empieza una vida nueva. En el ultimo tiempo, esta casa fue el escenario de la etapa más oscura de mi vida... como también contiene recuerdos hermosos, retiene el ultimo gajo de vida que fui capaz de sentir. 
Todo es ambiguo, antes llegar a casa era un alivio, después de la catástrofe no quería salir de estas paredes, y hoy en día no quiero llegar nunca a mi casa, no quiero ni siquiera sentarme en el patio y mirar las plantitas que con tanto amor arreglé. Pero, como estoy aprendiendo, es hora de soltar, de dejar ir, de empezar una vez más.
No voy a decir que mi vida va a ser nueva en mi próxima casa, no quiere decir que voy a volver a ser la de antes, ni que voy a ser la mujer más feliz del mundo, pues, una casa no te cambia de historia ni de mambos! Simplemente, en días empiezo una nueva etapa, empiezo de nuevo, con ganas, con nuevos cielos, ventanas a rascacielos, nuevos personajes y las cosas de mi casa anterior que quise guardar. 

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