La mutación, el renacer, el ir-venir, los terremotos, los cielos rotos, los corazones de repuesto, las lágrimas, la muerte, la vida, el valor de pararse ante el nuevo universo y ponerle el pecho. Porque esto sigue, porque el mundo es un constantey gigante monstruo que no para, que no se frena y te espera, que si no corres, te come vivo.
Los seres van, vienen, se vuelven a ir y vos, pequeño actor de tu película blanco y negro, seguís siendo el protagonista de algo que aveces ni entendes si se trata de comedia o terror. El show de 24 hs. sin guión, donde tenes que improvisar para desenredarte de los nudos ajenos, hasta llegas a crear monologos mudos para que nadie te escuche. La palabra clave es seguir ¿Para qué? No sabes, pero tenes que seguir, como sea, contra viento, lluvia, marea, contra pelo, como sea. Los golpes te van despertando, te van humanizando y des-humanizando, te quitan las capas de hierro y te van haciendo de carne, más humano, más mortal, mas volátil. Y las ganas se agotan, los brazos suelen quedar desnudos de abrazos, la vida se pone pesada, los ojos solo quieren ver recuerdos, las piernas ya no quieren caminar por este sendero, pero se debe seguir... respirar profundo y seguir, porque las luces aun no se apagan y el público sigue espectante.
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